APRENDIENDO A VIVIR EN LA INCERTIDUMBRE

El año 2020 será recordado en los libros de historia como el año de la incertidumbre. Si bien, pandemias han existido siempre, en un mundo globalizado, jamás previmos el nivel de contagio que un virus podría ocasionar sobre todo el planeta.

Aprendimos a obedecer medidas de confinamiento y limitaciones, ante el miedo, temor a ser contagiados o contagiar a nuestros seres queridos. Nos impusieron medidas en contra de nuestra libertad de elección y las acatamos, nadie sabía cuál era la mejor medida para ocasionar el menor daño posible. Unos contagiados, otros sin empleo o con una rebaja sustancial de salario y, los empresarios haciendo malabares para subsistir.

Por si lo anterior no fuera poco, la mayoría de los hogares se transformaron en oficinas y centros escolares, sin estar preparados para ello, generando desorden, alteración de rutinas y caos. Nos acostumbramos a planificar y coordinar todos nuestros planes de la noche a la mañana y nos vimos ante la necesidad de improvisar e ir haciendo sobre la marcha lo que fuera posible. 

De igual forma, el estrés y la ansiedad que se acumula no es un tema menor; los expertos han comentado que es natural y comprensible experimentar padecimientos de ansiedad en tiempos de incertidumbre. Los cambios y lo desconocido siempre nos hacen salir de la zona de confort.

Hoy más que nunca, realicemos las pocas cosas que tenemos bajo control y dejemos de pelear por aquellas que no controlamos. Por más adversa que sea la situación, debemos tener espacios que permitan la reflexión y el cuidado personal; debemos practicar tratarnos con cariño a nosotros mismos, para poder transmitir eso a quienes nos rodean. La compasión o empatía empieza por nosotros y hacia nosotros.

Definitivamente manejar la ansiedad es un reto, pero también existen pequeños rituales que nos ayudarán a controlar nuestras emociones y poder disfrutar lo que nos rodea. Día a día, tratemos de aprender a generar consciencia de nuestro alrededor, reflexionar, vivir el presente sin pretender saber el futuro o marcar la ruta sobre qué sigue.

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Recuerda, son las pequeñas grandes cosas las que harán que tu día sea mejor y te permitirán manejar la ansiedad derivada de vivir en un mundo de tanta incertidumbre.